El oleoturismo ofrece una oportunidad única para conocer la riqueza cultural y gastronómica de los territorios oleícolas más relevantes de nuestro país.
El sector oleícola cuenta con un extraordinario protagonismo como fuente de riqueza y empleo en aquellos territorios en los que desarrolla su actividad.
Miles de familias, campaña tras campaña, se dedican al cuidado y recolección del fruto del olivar, que es transformado posteriormente en Aceite de Oliva, nuestro preciado ‘Oro Líquido’, en las modernas y eficientes instalaciones industriales ubicadas en las principales regiones productoras.
Asimismo, en los últimos años se está percibiendo un incremento de la capacidad de este sector para atraer a los amantes del Aceite de Oliva, tanto de nuestro país como procedentes del extranjero, con el fin de descubrir toda la cultura que gravita a su alrededor, a través de lo que se conoce como Oleoturismo.
Así, una vez que hace algún tiempo aprovechamos este espacio para mostrarte, de una forma detallada, en qué consiste el oleoturismo, hoy queremos profundizar en aquellos beneficios que esta alternativa turística ofrece a aquellos territorios de nuestro país en los que el cultivo del olivar es más representativo, y que se han convertido, por méritos propios, en los mejores embajadores de un producto que, sin lugar a dudas, representa todo lo bueno que hay detrás de la ‘Marca España’:
- En primer lugar, en el ámbito más próximo al producto en sí, el oleoturismo es una excelente herramienta para potenciar la imagen de marca de las diferentes almazaras, que resultan indispensables para la comercialización de este producto, y sobre todo para fomentar aún más su asociación con su carácter natural y sostenible.
- Además, el oleoturismo permite expandir el potencial del Aceite de Oliva más allá del sector agrario, convirtiéndose en motor de desarrollo, riqueza y empleo rural en otras ramas de actividad tan importantes para el bienestar de un territorio como son todas aquellas relacionadas con el sector servicios.
- En este sentido, este efecto multiplicador del oleoturismo, como herramienta de atracción de visitantes y potenciador de proyectos emprendedores de toda índole, supone un incremento exponencial de las oportunidades de futuro para las personas que habitan en estas zonas rurales, permitiendo así un efecto de arraigo al territorio muy difícil de conseguir a través de otras vías, tanto públicas como privadas.
- En definitiva, el oleoturismo no solo es un auténtico lujo para todas aquellas personas que se sienten atraídas por el Aceite de Oliva, su tradición y su cultura, sino que, al mismo tiempo, es un reclamo que permite el desarrollo integral y sostenible del territorio prácticamente a todos los niveles, y no solo desde un punto de vista estrictamente relacionado con el sector agrícola.